Pasó en Coín


Pasó en Coín (Sábado, 19 de julio de 2014)




            Y bajo la luminosa plaza del casco histórico de Coín, más luz.

            Sumada a esta, música. Música que sonaba por momentos  más castellana que andaluza, y a veces más celta que íbera, pero en cualquiera, música acompañada por un grupo de maravillosas chicas danzando a su son. Siempre y maravillosamente.

          
            Al lado, una abierta y callejera biblioteca libre, prestaba libros a quien quisiese leerlos, y admitía todos los que cualquiera quisiese dejar. Y una gran pizarra negra, de esas de las de antes, permitía  escribir consejos y recomendaciones. 

            Las dos opciones me dejaron un familiar sabor, que me hizo torcer la boca sonriendo satisfecho, al observar a un niño con coleta afanado en un grueso “Señor de los anillos” sentado en el suelo, y una recomendación en la pizarra de otro grande: El conejo de la suerte, de Almudena Gamonoso.

          
            Al primero que vi al arribar a la amplia plaza de Coín, fue a la gran pareja de “Alcant”. Ya tenía yo ganas de volver a ver a Alberto Valverde y Sonia Córdoba, el primero cargando al hombro una caja llena de libros que parecía pesarle (a juzgar por el tamaño de su obra, pocos tendría dentro. Pero si el peso estuviera medido por la calidad, esa caja no tendría más de uno, pues es alta), y la segunda jugueteando con el móvil varios metros por detrás.

            Cargando con la mía, encontré el puestecito encantador de madera, rodeado de los/as grandes compañeros/as de Universo, colocando sus obras y disponiéndose a firmarlas todas:
Dama Beltrán, Almudena Gamonoso, Rafael Velázquez, María González Pineda, Sonia Córdoba y Alberto Valverde.
            
            Habría sido sin embargo, algo tediosa la tarde-noche, de no ser por las numerosas actuaciones callejeras, y alguna que otra muchacha alocada y alegre, con poca decisión para elegir la obra de su agrado.
            Lenta y pausada transcurrió, pero agradable por la compañía. 
            Y anocheció.




          
  Acabó para mí de la forma más agradable que me resulta para acabar, empezar y transcurrir el tiempo; con música ¡Un maravilloso concierto de flamenco en la calle!
            Sosteniendo los acordes de una extraordinaria guitarra clásica y un ligeramente átono teclado electrónico, se encontraba una aterciopelada y poderosa voz femenina cantando a Camarón y otros grandes.
            En fin, de nuevo, Editorial Universo lo realizó, y entre los/as autores/as fue posible.
            Gracias a todas/os, y en especial a la gran María y a Universo, por su cariño en el evento y su organización.


 Texto: Toño Diez. 
 Fotos: Autores/as del evento.

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